Mailrelay Opiniones 2024: ¿bastan 20 años de experiencia?

Mailrelay, ¿a la altura de lo que proclama?

Si antes de leer esta reseña ya has estado leyendo sobre servicios de email marketing, probablemente hayas oído hablar de Mailrelay. Es que se trata de un hermano mayor entre las plataformas españolas de email marketing. Está en el mercado hace más de 20 años y no es humilde al presentarse como el servicio con el mejor plan gratuito que puedes encontrar. Como verás, también hacen mucho, mucho hincapié en la seguridad.

Y parte de esto es verdad.

Sólo parte. La realidad es que mi experiencia con Mailrelay me ha provocado sentimientos encontrados. Es que la plataforma parece una mezcla de elementos muy pulidos con otros aún en construcción, por no decir ausentes. Por un lado tenemos estadísticas y soporte de muy alta calidad y un gran esfuerzo por verificar a quienes utilizan la plataforma y garantizar deliverability. Por el otro, la ausencia total de una herramienta de landing pages, una automatización rudimentaria y por sobre todo una oferta de planes que deja como mejor opción al plan gratuito, han resquebrajado mi fe en el servicio.

Como nadie conoce tus necesidades mejor que tú mismo, lee sobre mi experiencia para saber si Mailrelay es realmente lo que necesitas.

Nada mal, pero faltan retoques

Si leemos lo que las plataformas dicen de sí mismas… pues todas son ideales, ¿no? Y respecto a la antigüedad de un servicio, hoy existen muchas alternativas nuevas y eficientes en el mercado internacional, y no sería la primera vez que una plataforma se queda algo, digamos, rezagada frente a los recién llegados.

Por eso, ¿qué mejor que registrarse y probar el servicio como funciona hoy, en 2024, y contarte mis aventuras? Claro, estamos hablando de email marketing y quizás no sean muy emocionantes, pero lo que tú deseas es un compañero fiable en la gestión de tu estrategia de marketing. Veamos cómo me ha ido y te será más fácil decidir.

Mi recorrido se anunciaba largo. A los pocos minutos de haberme registrado mi cuenta fue pausada y comenzó un largo tira y afloja hasta que logré tener acceso a todas las funciones. Pero eso te lo contaré más adelante. Sin spoilers, por ahora sólo déjame advertirte que Mailrelay no admite direcciones de correo de dominios de proveedores de mail estándar como Gmail, Outlook o Yahoo: deberás tener tu dominio corporativo listo antes de comenzar a utilizar la plataforma.

Campañas de email, plantillas y personalización

La primera impresión es muy buena. El dashboard muestra en primer plano las estadísticas y se puede acceder con un sólo clic a todas las funciones principales de la plataforma. Comenzar a crear tu primer boletín y ver cómo se desempeña es intuitivo hasta para quien lo hace por primera vez.

Feliz por tan cálida bienvenida, comencé por crear mi primera campaña. En Mailrelay, éstas se llamarán siempre “boletines”, y puedes crearlos de cuatro maneras: pegando directamente un código HTML, en caso ya lo tengas diseñado, importando el código desde una URL (útil si deseas que el envío mantenga el diseño de tu sitio web), cargar un archivo ZIP o bien utilizar el editor propio de la plataforma.

Pasemos a las plantillas. Mmm, a ver. No es que estén mal: son claras y livianas. Pero la mayoría parecen algo pasadas de moda… 10 años como mínimo. Y son pocas. Sin contar las 7 estructuras prediseñadas y las plantillas de texto, podrás elegir sólo entre 14 diseños. ¿Esperaba más? Sí, sobre todo sabiendo que Acumbamail ofrece 280.

Otro inconveniente es que, si bien Mailrelay asegura que todos los diseños son mobile responsive, no podrás visualizarlo durante la edición. Me hubiera gustado tener a disposición una opción fácil para cambiar de vista en cualquier momento, pero sólo he podido comprobar que no había problemas de diseño al abrir el correo en mi móvil, ya enviado. En efecto, todo había funcionado, pero la duda me ha tenido nervioso hasta el final.

El editor en sí mismo es de tipo drag and drop y no deberías tener problema en cogerle el truco: he podido personalizar la plantilla y crear mi boletín en poco tiempo. Cambiar la estructura del correo fue muy fluido, los bloques de texto se alineaban correctamente y los cuadros de contenido encajaban con facilidad. Si lo digo es porque no siempre es así.

Sin embargo, no todo me ha dejado satisfecho. El procesador de texto incorporado al editor cuenta sólo con 8 tipos de fuente, una de las cuales es Comic Sans (que ha servido sólo para recordarme de las invitaciones a mi cumpleaños de 9 años), y otro pequeño detalle: se han olvidado del botón de deshacer. ¿Me has oído? ¡A no cometer errores!

Es necesario decirlo: el editor de boletines no es malo, pero con una selección tan limitada de plantillas y pocas opciones de personalización del diseño (me hubiese gustado poder agregar bloques de contenido más avanzado como una cuenta regresiva o GIFs, por ejemplo), no dan muchas ganas de usarlo. En Mailrelay, es más fácil lograr un buen diseño importando directamente un código HTML.

Tampoco contarás con una biblioteca de imágenes listas para ser usadas en tus plantillas. Esto significa que deberás encargarte tú mismo de buscar imágenes no protegidas por derecho de autor y sin marcas de agua. No suena muy divertido.

Finalmente, en caso el envío de SMS sea una parte importante de tu estrategia de marketing, ten en cuenta que Mailrelay no ofrece servicio de SMS marketing, a diferencia de Acumbamail o MDirector. Lo mismo vale para la publicación simultánea del contenido de tu boletín en redes sociales. Otras plataformas facilitan esta integración, pero con Mailrelay deberás, de nuevo, encargarte tú mismo.

Déjame decir unas palabras sobre personalización.

De lo que se trata aquí es de utilizar toda la información que posees de tus suscriptores para enviar correos que resulten más atractivos. “Estimado *cliente n. 284*, le enviamos la lista de ofertas de octubre” no suena igual que “¡Hola, Raúl! Echa un vistazo a las últimas ofertas”.

Pues bien, la personalización del contenido en Mailrelay me ha dejado satisfecho. Me he tomado el trabajo de contarlos: podrás insertar hasta 18 campos personalizados que serán automáticamente reemplazados por la información del contacto. Información como nombre, apellido, dirección, país, cumpleaños, etc. Lo que me ha resultado extraño es que sólo es posible aplicarlos en el cuerpo del correo y no en el asunto, cuando en la mayoría de las plataformas suele ser al revés.

Hasta aquí llega la personalización en Mailrelay. Lamentablemente no es posible contar con herramientas más avanzadas como la aplicación de contenido dinámico. Con esto me refiero a la posibilidad de cambiar, mostrar u ocultar bloques enteros del diseño de un correo de acuerdo a las características del suscriptor. Que Marta que vive en Murcia no vea ofertas disponibles sólo en un local de Barcelona, por ejemplo.

¡Ah! Y se me olvidaba: tampoco contarás con un soporte integrado para idiomas con escritura de derecha a izquierda (RTL) como árabe o hebreo. Si trabajas con estos idiomas, deberás usar código html u otra plataforma como AWeber.

Hablemos un poco de otra herramienta poderosa del email marketing: los tests A/B. Lo que esta función te permite es utilizar a tus suscriptores como conejillos de indias para estudiar el impacto de distintos diseños en tus campañas de correo. Lo que suele hacerse es enviar una versión A a un porcentaje de tu lista, una versión B a otro, y en base a los resultados la versión más exitosa será automáticamente enviada al resto de tus suscriptores. Mailrelay ofrece tests A/B, aunque con peros.

Lo único que podrás probar son el asunto y el remitente de un envío. Si me preguntas, lo que espero de un servicio ideal es que me permita cambiar cualquier elemento del contenido. Intentar con la imagen a la derecha o a la izquierda, por ejemplo; con Times New Roman o con Roboto como tipos de fuente.

Pero algo es mejor que nada y, nobleza obliga, hay que reconocer que la herramienta de Mailrelay es muy intuitiva y fácil de usar. Podrás crear el test en cuestión de minutos. Únicamente debes decidir si probar asunto o remitente, el porcentaje de la lista al que deseas enviar cada opción, y finalmente configurar el tiempo de espera para enviar al resto la opción ganadora.

Listas de email y segmentación

Aunque parezca obvio, siempre es importante aclarar que una buena herramienta de campañas no es nada sin una adecuada gestión de los contactos. Tu base de suscriptores es el punto de partida de cualquier estrategia eficaz de email marketing. Todos nosotros comenzamos con una base de contactos, pero si la plataforma es buena debería ayudarte a aumentarla. Veamos cómo se ha desempeñado Mailrelay en este aspecto.

La herramienta de gestión de suscriptores es intuitiva y me ha resultado muy fácil importar mi lista de contactos, esto porque no se trataba de una hoja de cálculo de Excel. Sí, has oído bien, el servicio no permite importar desde un archivo .xls, lo cual hoy en día es casi inaceptable. Deberás conformarte con utilizar archivos .csv (valores separados por comas) o .txt. Una pena. Si tu lista es un archivo de excel deberás antes convertirla a una de estas dos opciones, rezando que todos los campos coincidan al final. Otra opción es importar tus contactos de forma individual, o directamente de las listas de Mailchimp, en caso hayas leído nuestra review y ya estés pensando en abandonarlo.

Tampoco he quedado satisfecho tras cargar mi lista de contactos. Es que esperaba encontrarme con una gran variedad de metadatos para poder asignar a cada suscriptor. La realidad es que, al importar, únicamente podrás asociar las columnas a información en formato de texto (con excepción de la fecha de cumpleaños del suscriptor y la zona horaria). Esperaba encontrar otras opciones como atributos de tipo numérico y campos booleanos de tipo SÍ/NO. Esto es fundamental, como veremos en seguida, a la hora de crear flujos de automatización y segmentación. Cuanto más variados sean tus metadatos, más podrás focalizar tus envíos. Y lo único que tenemos en Mailrelay son campos fijos.

Debo decir que en ningún momento de la importación a Mailrelay se le ha ocurrido pedirme autorización para agregar los contactos. A ver, que no me he puesto meticuloso, el problema es que no sólo es spam cualquier correo enviado a contactos que nunca han optado por suscribirse, sino que en muchos países es incluso ilegal, especialmente en Europa. Como verás en la sección de deliverability, esto tiene impacto directo en la llegada de tus correos. Por lo pronto ten en cuenta que servicios internacionales como Sendinblue sí piden confirmación.

En fin, si bien Mailrelay se jacta de la gran cantidad de contactos que permiten en su plan gratuito (y esto es real), la verdad es que tus suscriptores acaban en una gran bolsa sin mucha organización. Más allá de asignar un título y una descripción para distintos grupos de contactos, no es mucho lo que puedes hacer. ¿Agregar etiquetas personalizadas a una lista? No. ¿Poder acceder fácilmente a información útil como reputación, fecha de suscripción e IP del suscriptor? Nada de eso por aquí. Lo extraño es que parte de esta información sí figura en los informes.

En contrapartida, la herramienta de búsqueda avanzada me ha permitido filtrar por todo tipo de condiciones, como actividad general del suscriptor (ubicación desde donde se ha hecho clic o abierto un boletín, por ejemplo) y comportamiento frente a una campaña (aperturas, clics, bounces), además de los campos clásicos. Incluso podrás combinar las distintas condiciones a gusto. ¡Si sólo pudiese además ver esta información al seleccionar un contacto! Pero quizás es mucho pedir. La realidad es que la herramienta de búsqueda es excelente.

Digamos unas palabras sobre cómo hacen tus potenciales clientes para suscribirse a estas listas: los formularios web. Se trata de pequeñas secciones que pueden incrustarse en tu sitio web o configurarse para que aparezcan como una ventana pop-up cuando el usuario intenta salir de tu página web.

El editor de formularios de Mailrelay es extremadamente básico: no existen plantillas prediseñadas y, a menos que configures una imagen de fondo, deberás limitarte al blanco como color de fondo. Puedes agregar campos personalizados, texto, imágenes, y filtros antispam como honeypot o aquel famoso Captcha de no-soy-un-robot.

Pero, ¿por qué hablamos tanto de la organización de los contactos? Pues porque cuanto más sabes de tus suscriptores, mejor le irá a tus campañas. Y la mejor manera de lograr esto es con una buena segmentación.

En la práctica, esto significa que un banco que ofrece distintos tipos de préstamos, por ejemplo, desea enviar un correo a Julio, de 19 años, interesado en financiar su próxima carrera universitaria; y otro muy distinto a Carmen, 60, más interesada en buscar una casa de vacaciones en la montaña para disfrutar su jubilación. Una segmentación eficiente te permite organizar automáticamente los contactos en base a sus preferencias, mientras te dedicas a algo más interesante que organizar listas de email.

En el caso de Mailrelay, no sólo he podido crear rápido y sin problemas un segmento utilizando condiciones básicas como reputación, ubicación, fecha de suscripción, sino que también es posible aplicar condiciones de segmentación más avanzadas basadas en el comportamiento de los suscriptores. Me refiero a crear segmentos en base a aperturas o no de ciertos correos, clics en enlaces o en emails.

Básicamente las posibilidades de segmentación de Mailrelay son ilimitadas, y todas las condiciones pueden combinarse para crear grupos más complejos. Además, todos los grupos se actualizan automáticamente cada vez que un contacto cumple con las condiciones.

Por último, también puedes crear “listas negras”, o grupos de suscriptores a los que de ningún modo se les debe enviar un correo. Me refiero a quienes hayan solicitado la desuscripción o que, por ejemplo, ignoran sistemáticamente tus correos. Esto se llama higiene de listas, y es importante para salvaguardar la reputación de tus envíos. Seguir enviando correos a un destinatario que no los abre aumenta tus posibilidades de ser etiquetado como spammer en los algoritmos de los proveedores de email. Digamos que no es lo que deseas.

Landing Pages

Déjame decir unas palabras sobre landing pages. Básicamente se trata de mini sitios con la función de atraer nuevos suscriptores a tus listas de mail, también llamados leads. Hoy en día cada vez más plataformas de email marketing ofrecen este servicio, ya que aumentar tu base de suscriptores es casi tan importante como entregar tus correos. Además, son útiles para publicar promociones especiales o webinars. De más está decir que es el mejor lugar para colocar tu formulario web de suscripción.

Lamentablemente, al no encontrar la función decidí cruzar los dedos y consultar con el soporte. Mailrelay no ofrece ninguna herramienta de diseño de landing pages en ninguno de sus planes.

Si soñabas con una landing page del tipo “Introduce tu dirección de correo para las mejores ideas sobre destinos invernales”, y ganar suscriptores comprometidos, mejor echa un vistazo a Acumbamail entre los servicios españoles o AWeber entre los internacionales, que ofrecen un servicio intuitivo y eficiente.

Automation

Una buena automatización es lo que lleva tu experiencia de usuario a otro nivel. Desde el envío de secuencias automáticas de correos (como en un curso online), hasta asignar determinada reputación a los usuarios que hacen clic en cierta campaña, y luego recordarle a los pocos días que puede darse una vuelta por tu sitio. Las posibilidades son innumerables.

Pero la automatización en Mailrelay no llevará tu experiencia de usuario a otro nivel. Sí, a diferencia de otras plataformas la función está disponible desde el plan gratuito. Y sí, tanto en ese plan como en las opciones de pago, no hay ningún límite en el número de automatizaciones que puedes crear. Pero más allá de eso, la herramienta es bastante limitada.

Aunque en otros servicios internacionales como Getresponse o españoles como Acumbamail he podido diseñar flujos de automatización con un intuitivo editor visual, en el que las acciones y desencadenantes se muestran como cuadros en un mapa, en Mailrelay he debido conformarme con una simple lista de condiciones. ¡Con lo que siempre disfruto esos mapas!

El editor de automatizaciones ofrece sólo un flujo prediseñado: enviar a tus suscriptores uno o múltiples correos para su cumpleaños. Para lo demás deberás crear automatizaciones personalizadas, pero incluso aquí Mailrelay no destaca por su variedad: puedes seleccionar triggers o desencadenantes como la apertura o clic en una campaña, una nueva suscripción a las listas generales o a un grupo particular de contactos, o la baja de un suscriptor. El problema es que para todas estas condiciones las acciones que se ofrecen son… dos.

Así es, a excepción del envío de un boletín específico o de un webhook (y de elegir cuánto esperar para hacerlo), no hay nada más que puedas hacer. Nada de enviar correos en un momento del día específico, de crear un workflow que asigne cierta reputación a quienes cumplen con determinadas condiciones, o una automatización ecommerce de carrito de compra abandonado (como esas que te llegan cuando te “olvidas” de completar una compra en Amazon o Mercadona).

En pocas palabras, la automatización que ofrece Mailrelay es básica y, a menos que te dediques al envío de simples newsletters de difusión, con toda probabilidad no cubrirá tus necesidades básicas. Sin embargo, nobleza obliga, hay que decir que muchos servicios no ofrecen herramientas de automatización desde el plan gratuito, y que esta es intuitiva y cumple con lo que se propone.

Características adicionales

Una ventaja de Mailrelay es que, además de funciones específicas a servicios de email marketing, ofrece una serie de servicios extra que puedes contratar y abonar por separado.

Si, aún contando con el editor drag-and-drop, no confías en tus capacidades de diseño gráfico, puedes contratar un servicio de diseño de boletines a cargo de “expertos en email marketing” que se paga por hora de mano de obra. También puedes incluir en este servicio un análisis profesional de las estadísticas de envío de cada boletín.

Otro servicio que podrás contratar es el de consultoría de email marketing. También se abona por hora y te brindará estudios de mercado más precisos sobre tu audiencia, así como propuestas de estrategias de marketing.

No me gustaría ser un spammer en Mailrelay

Le has dedicado mucho tiempo a armar bellas y convincentes campañas para promocionar tu producto o difundir noticias de tu proyecto, tienes una buena lista de suscriptores y estás listo para una exitosa campaña de email marketing, pero todo este esfuerzo no vale la pena si tus correos no llegan al destinatario. Parece algo obvio pero no lo es: en la práctica hay varios factores que entran en juego y pueden hacer que tus envíos no lleguen, sean marcados como spam o acaben en la tan temida sección de “Promociones”.

Para colmo, el asunto es algo confuso: haz una búsqueda rápida en Google y verás cientos de resultados de sitios web o artículos de “expertos” que hablan de “tasas de deliverability” como si fuera un nuevo experimento científico que se pudiese medir. La realidad es que son muchas las variables que entran en juego, cada mail es distinto y los proveedores de correo manejan algoritmos anti-spam que filtran cientos de mails por segundo. En pocas palabras: la deliverability no es algo que se pueda medir, y te sugiero desconfiar de quien te ofrezca gráficos y números que garanticen, por ejemplo, una deliverability del 50% o 90%. Simplemente no funciona así.

Sí se puede, en cambio, ver qué hace un servicio para facilitar que tus correos lleguen a destino, y salvo algunos detalles Mailrelay es un servicio sólido en este aspecto. Veamos entonces algunas características concretas que siempre busco en una plataforma de email marketing y que harán que estés más tranquilo y que tus correos tengan más chances de ser leídos.

En primer lugar, busco que estos servicios ofrezcan lo que se llama autenticación DKIM (o DomainKeys Identified Mail). En pocas palabras, es una forma de certificar ante los algoritmos anti-spam que eres el dueño del dominio desde el que envías tus correos. Ningún problema por aquí: Mailrelay no sólo permite esta opción, sino que es el único servicio que no me ha permitido enviar campañas de correo sin antes autenticar el remitente. Aunque es un buen punto en contra de spammers, puede cerrar las puertas a pequeños negocios que aún no poseen un dominio personalizado y desean probar una estrategia de marketing.

Respecto a la configuración DKIM, me hubiera gustado recibir más instrucciones al respecto, ya que no todos nacemos con esta sabiduría. Otros servicios como Acumbamail ofrecen guías detalladas al respecto, aquí sólo tendrás una recomendación: “tu servicio de hosting puede ayudarte si no estás seguro de cómo hacerlo”. Sabe a poco, ¿no?

La política anti-spam de Mailrelay también me ha dejado bastante tranquilo. Lo que busco aquí es una política no ambigua y palabras claras. No sólo dicen que no se debe distribuir correo no deseado sino que amenazan sin más con bloquear la cuenta en caso de haber envíos con una tasa de bounce mayor al 25%. Quizás sea mucho, pero queda claro que en Mailrelay no les gusta jugar con fuego.

Aunque no he hallado ninguna referencia expresa al affiliate marketing o marketing de afiliación en la política del sitio, en el blog de Mailrelay se explica detalladamente cómo lanzar campañas de este tipo. Me hubiese gustado que fueran menos ambiguos, ya que compartir un servicio con otros affiliate marketers puede perjudicar tu deliverability. Claro, si eres uno de ellos… pues no he dicho nada.

El denominador común de todas estas características es el siguiente: tus correos pueden ser impecables y tu audiencia comprometida, pero si estás es una plataforma que… digamos… cierra un ojo frente a los spammers, todos los correos que provengan de dicho servicio tendrán mala reputación, incluido el tuyo. Para arrancar este problema de raíz, siempre tienes la opción de solicitar una IP dedicada. Mailrelay ofrece este servicio por fuera de sus planes y a un precio accesible. Si envías un alto volumen de correos deberías considerar actualizar a una IP personal.

Finalmente, digámoslo: soy algo obsesivo en los controles. Es por ésto que se me ha ocurrido un método para probar el nivel de tolerancia de un servicio para con los spammers. Lo que hago es importar una lista de contactos repleta de direcciones con errores o casi incomprensibles, de aquellas que no disfrutas ver en tu correo. Es más o menos lo que haría un spammer.

¿Qué ha sucedido? Afortunadamente ya había acabado de probar las otras funciones, porque mi cuenta fue completamente pausada e inhabilitada para enviar campañas, hasta contactar con el soporte. Es el único servicio español que ha reconocido mi trampa, y habla muy bien de su interés por garantizar deliverability. Realmente una grata sorpresa que suma algunos puntos.

Se me olvidaba: Mailrelay habla mucho de una herramienta “secreta”, cuyos detalles “no se pueden publicar”, que mejora de modo incomparable tu deliverability. No creo en fantasmas así que sigamos probando lo que podemos ver.

Estadísticas muy claras con algunas opciones avanzadas

Has diseñado tus correos, preparado una lista de suscriptores bien segmentada, y completas el envío de tu campaña de ventas. ¿Y ahora qué? La realidad es que si no sabes qué sucede con tus correos una vez enviados, no hay mucho que puedas hacer para mejorar tu estrategia en el futuro. Dicho de otra manera, cuanto más precisa sea la información sobre el resultado de tus envíos, mejor. Cuanto más clara, también.

Me ha gustado poder visualizar las estadísticas de las últimas campañas en el mismo dashboard. Si hay algo que no anda bien con tus envíos, lo sabrás ni bien inicias sesión. En mi caso, al rato de enviar mi boletín de prueba, mi pantalla de inicio ya se había llenado de gráficos, colores y números. ¡Así me gusta!

En los informes de Mailrelay podrás acceder fácilmente a número y porcentaje de aperturas y clics, así como desglose de correos no entregados ya sea por hard bounce (si la dirección es inexistente) o soft bounce (cuando la entrega no es posible por un fallo temporal, y conviene reintentar más tarde). A excepción de la información sobre bounces, los otros datos están disponibles en bellos gráficos de torta y barras.

Además, podrás ver cuántos suscriptores han decidido darse de baja tras una determinada campaña, e incluso filtrar por motivo (falta de interés, considerado spam, etc). Pero lo que verdaderamente destaca en los informes de Mailrelay es el desglose por ubicación de tus suscriptores. No sólo podrás ver un mapa (en estilo Google Maps) con la ubicación exacta de las visualizaciones y clics en tus correos, sino que este se actualiza en tiempo real con una lista de qué suscriptor está realizando cada acción. Un placer.

Estadísticas que he echado de menos son datos como, entre otros, un desglose de suscriptores por dominio de apertura (Gmail, Outlook, etc), el sistema operativo que han utilizado para abrir mis correos y el dispositivo desde el que lo han hecho (tablet, smartphone). Se trata de datos muy útiles para corregir aspectos de una campaña, sobre todo si (como deberás) lanzas frecuentemente tests A/B.

Todos estos datos pueden ser usados como condiciones para generar listas de contactos según los distintos patrones de comportamiento (por ejemplo, de usuarios que hayan abierto correos pero sin hacer clic en ellos). Puedes exportar las listas a csv. y utilizarlas, por ejemplo, para crear un segmento específico. No, la opción no es automática.

Finalmente, tendrás la posibilidad de conocer métricas interesantes que no suele ser ofrecida por otras plataformas, como cantidad de correos reenviados y un desglose de clics por enlace particular, así como poder observar esto de forma dinámica (como si fuera un mapa de calor) en forma de porcentajes que verás sobre una imagen de tu propia newsletter.

Tu mejor amigo aún en el plan gratuito

Incluso en las mejores plataformas, no todo sale siempre como lo planeas. Por eso es importante saber si el servicio que elegimos estará allí en las malas, más allá de una simple sección de preguntas frecuentes.

No soy fan de pasar mucho tiempo hablando con atención al cliente, ni escuchando largas melodías pasadas de moda mientras espero que atiendan mi llamada, así que mi opción favorita es siempre el chat. En lo posible, un chat en serio, con calor humano y nada de bots.

Y Mailrelay ha cumplido.

Contarás con un servicio de chat en español disponible de 9 a 22 hs. (hora de España peninsular) todos los días de la semana, sino que en mi experiencia ha respondido siempre al instante, con respuestas concisas y siempre solucionando mis problemas. Me he sentido tan cómodo usando este canal, que si no fuera por esta reseña no hubiese siquiera considerado las otras dos opciones: atención telefónica y tickets de soporte.

Podrás comunicarte telefónicamente también todos los días de 9 a 22 hs. (hora de España peninsular), e incluso puedes llamar a su cuenta de Skype o escribir a su Whatsapp. Respecto a los tickets de soporte, se trata de la única opción disponible 24/7 y es básicamente un sistema de correo integrado a la plataforma. En mi experiencia han respondido siempre en menos de 15 minutos y con la misma eficiencia que el chat. Hay que decir también que esto es así desde su plan gratuito, a diferencia de la mayoría de sus competidores.

Debo reconocerlo: he tenido que lidiar mucho con el soporte de Mailrelay. Es que tras haberme registrado sin cumplir los requisitos de dominio y sitio web público, pues… como decirlo… han comenzado a sospechar de mis intenciones (quizás con razón) y me han solicitado información adicional sobre mi cuenta. Sin embargo, en todo momento han estado a disposición de mis consultas frecuentes y finalmente el problema fue resuelto en un lapso de pocas horas.

Lamentablemente falta lo que hubiera sido la cereza en el pastel del soporte técnico de Mailrelay: una base de guías de ayuda en la que puedas buscar respuestas sin necesidad de contactar a nadie. A diferencia de Acumbamail, donde he podido hallar respuestas a casi todas mis preguntas, Mailrelay carece de una sección específica. Lo que sí tenemos es un blog que se actualiza constantemente y donde se habla de casi todo lo relacionado al email marketing, además de una buena sección de preguntas frecuentes.

Cuanto más pagas, menos lo vale

A diferencia de la mayoría de los servicios de email marketing, incluso internacionales, Mailrelay se vanagloria de ofrecer la cuenta gratuita “más grande”. Y, francamente, debemos reconocerles que en términos de cantidad de correos y suscriptores es imbatible: el plan gratuito estándar permite enviar hasta 15000 emails al mes gestionando hasta 3000 contactos, sin límite diario de envíos. Además, sólo con seguirlos en Twitter y Facebook puedes ampliarla hasta… ¡75000 correos mensuales y 15000 suscriptores! Esto es mucho.

Hay que decir también que la cuenta gratuita no tiene fecha de caducidad y cuenta con la mayoría de las funciones de las que he hablado en esta reseña, incluidos todos los canales de soporte y la herramienta de automatización, que en otros servicios suelen estar reservados a planes de pago.

Te estarás preguntando: entonces, ¿para qué pagar? Lo mismo pensaba yo, que por añadidura siempre tengo mis dudas acerca de los planes gratuitos, ya que muchas veces no son más que anzuelos para llevarte a planes más costosos, una vez que has invertido tiempo en la plataforma y migrar la cuenta haya sido un trajín tan grande que no quieres repetirlo.

Pues bien, en el caso de Mailrelay el plan gratuito ofrece, más que pocas funciones, funciones limitadas. En otras palabras, funciones avanzadas como la automatización no están a la altura de los planes de pago de otros servicios, y otras como las landing pages brillan por su ausencia. Mi consejo, entonces, es que sólo actualices a un plan de pago si necesitas más correos y además estás satisfecho con las funciones del plan gratuito, ya que éstas serán casi las mismas.

Los planes de pago pueden ser mensuales, con permanencia obligada de 1 año, y que garantiza una determinada cantidad de mails y suscriptores al mes, o de bono prepago, en el que sólo pagas por paquete de correos, independientemente del número de contactos. Se empieza desde 50000 correos a 10000 suscriptores y, a partir de los 10 millones, deberás consultar personalmente con el equipo de marketing.

Los planes mensuales pueden ser Standard o Enterprise, en el que Mailrelay dice ofrecer estadísticas avanzadas. Digo “dice decir” porque el plan Standard figura como “sin estadísticas” cuando en verdad estas están disponibles desde el mismo plan gratuito. O bien se les ha olvidado actualizar la sección de precios, o bien es una jugada de marketing mal disimulada. Pensemos lo mejor.

En cualquiera de los planes de pago tendrás también la opción de usar diferentes remitentes, y el plan Enterprise1, que empieza en $42.56 al mes, que es lo recomendable si envías muchos correos a muchos suscriptores, ofrece además una aplicación de Mailrelay para Iphone. Si cambiar de remitente es importante para tí, te recomiendo comenzar por el plan Standard1.

Debo ser franco, no he observado mejoras sustanciales respecto al plan gratuito. Hay mucho palabrerío: hablan de mayor velocidad en los envíos y de mejoras en la tasa de entregabilidad (ejem… no confíes… ya lo he dicho antes), cuando ésta no debería cambiar en base al plan. Esto, más funciones que se ofrecen en otros planes cuando ya figuran en el plan gratuito, resulta en una oferta de planes muy confusa que me dan ganas de quedarme en la comodidad de un plan gratuito.

Por último, si realmente te han convencido y deseas despedirte de tus euros, sólo podrás pagar por tarjeta de crédito o Paypal. Y piénsalo bien, porque no hay reembolso.